Cada 24 de marzo se recuerda el inicio de uno de los episodios más oscuros de la historia de nuestro país. En los calendarios figura como el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, consignas que surgieron y nos toca volver a levantar en un contexto donde desde la Presidencia de la Nación se intenta instalar la “Teoría de los dos Demonios”.
En 1976, la Junta Militar tomó el poder mediante un golpe de Estado y, a través del aparato estatal, impulsó un plan sistemático de persecución, represión y crímenes de lesa humanidad en nuestro país.
«El golpe de 1976 lo aprobaron casi todos, incluso la inmensa mayoría de los partidos políticos. Si no me equivoco, creo que el único que no lo hizo fue el Partido Comunista Revolucionario».
El Jesuita. Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio, de S. Rubín y F. Ambrogetti, pág. 140, Edit. Vergara, Buenos Aires, 2010
ANTIGOLPISTAS
Nuestro partido, en 1974 estaba en su sexto año de vida. Nuestros compañeros y compañeras, pugnaron por unir a todas las fuerzas patrióticas y democráticas para enfrentar el golpe, luchando por las libertades democráticas y demás reivindicaciones obreras y populares, tuvimos una propuesta de frente único antigolpista, una plataforma de emergencia y la consigna de armar al pueblo para enfrentar y derrotar al golpe. Hicimos, desde fines de 1974, una intensa campaña antigolpista, dando batalla en las fábricas, en universidades, colegios y barrios.
La pelea era por ubicar al enemigo principal del pueblo y de la Patria en ese momento histórico, y se dio en medio de una intensa polémica con otros sectores clasistas que, terminaron siendo instrumentados y funcionales a los planes golpistas. Algunas fuerzas, como el PC, apoyaron abiertamente el golpe. Así se dividió la sociedad argentina en “izquierda y derecha”. Izquierda, según ellos, eran los que coincidían con el socialimperialismo de la ex URSS.
Nosotros y nosotras denunciamos el golpe “venga de dónde venga”.
PARTICULAR ENSAÑAMIENTO
Para avanzar en la reestructuración económica, política, social, sindical y cultural del país, el plan genocida buscó disciplinar y aniquilar a la clase obrera, que cuestionando el poder de los de arriba y organizándose en todo el país, protagonizaba una etapa de ascenso.
Para garantizarlo, desarrollaron un particular ensañamiento sobre quienes eran consideradas doblemente transgresoras, tanto de los mandatos que las confinaban al mundo del hogar, de la reproducción, del cuidado del esposo y de los hijos, como del orden social que se debía conservar.
Que ellas asumieran su “destino natural”, como esposas y como madres, era un elemento clave para esos fines. La historia ya había demostrado que cuando las mujeres se ponían de pie, los movimientos de lucha se fortalecían enormemente.
Todos los maltratos estaban permitidos tanto para varones como para mujeres: denigración, golpes, picana eléctrica, “submarino”, desnudez obligatoria.
Pero en el caso específico de las mujeres, además de todo lo ya mencionado, se incluyeron otros métodos: introducir objetos en sus vaginas, humillarlas al menstruar, acosos, abusos, y reiteradas violaciones de parte de los torturadores.
Los partos y nacimientos en cautiverios ocurrían dentro de los Centros Clandestinos de Detención, que contaban con salas especiales para ello. “¿Cómo es posible que aquí nacieran niños?” dicen algunos carteles en un cuartucho de tres por tres, en la ex ESMA. (Ex Casino de Oficiales- núcleo de la actividad represiva en el predio- que fue uno de los centros clandestinos más grandes y activos del país).
Además de médicos; milicos y civiles armados presenciaban los nacimientos, para luego obligarlas a limpiar el mismo lugar donde parieron. En otros casos, se empezaba el trabajo de parto sin asistencia médica, y eran las demás detenidas quienes apoyaban y contenían a quien estaba por dar a luz.
Muchas mujeres denunciaron que las torturas les produjeron abortos, otras que las condiciones de higiene eran similares a las de una carnicería.
En muchos casos, a los siete meses de embarazo se les inducía el parto y se las llevaba a cesárea, para luego apropiarse de sus bebés.
En esas mujeres, además de la incertidumbre sobre sus vidas y las de sus compañeros, aparecía una nueva incertidumbre: qué pasaría con sus hijos. Bajo la promesa de ser liberados, junto con las decenas de cartas que se escribieron para “sus familias”, cientos de bebés fueron expropiados, y aún hoy, de la mayoría de ellos todavía no se conoce el paradero.
El castigo de la dictadura hacia las mujeres, no sólo era por “subversivas”, también por ir en contra de lo que la sociedad patriarcal esperaba de ellas por ser mujeres.
PROTAGONISTAS DE LA LUCHA
Con semejante operativo, secuestraron, torturaron y desaparecieron a, por lo menos, 30000 personas. El 30 de abril de 1977, 14 mujeres comenzaron a manifestarse en Plaza de Mayo, pidiendo una reunión con Videla para exigirle respuesta acerca de dónde estaban sus hijxs y qué habían hecho con ellxs.
Algo muy ocultado en la historia son las grandes luchas durante los años de la dictadura. Y son las que explican por qué, mientras la dictadura de Pinochet duró 17 años y la de Brasil duró más de 20 años, la dictadura argentina cayó a los 7 años y medio.
Esta dictadura cayó porque hubo un pueblo que luchó; empezando por las Madres de Plaza de Mayo, las madres de las y los desaparecidos, que ante la orden de la Policía de circular, ya que por el Estado de Sitio las reuniones estaban prohibidas, las Madres empezaron a caminar alrededor de la Pirámide de Mayo, y con sus rondas de todas las semanas y su valentía inquebrantable, nos legaron la resistencia, la fuerza y la convicción para pelear contra lo terrible y lo injusto.
También lucharon los trabajadores ferroviarios de Ford, del SMATA. Hubo una gran lucha de Luz y Fuerza, de trabajadores de Peugeot, durante 23 días. Hubo una larga huelga en el frigorífico Swift de Berisso, en 1979, que duró 32 días
Hubo importantes luchas agrarias, y el 30 de marzo de 1982 se produjo una gran movilización de masas antidictatorial, -convocada por la CGT-, que fue duramente reprimida.
CITA DE HONOR
Movilizarnos este 24M es una cita de honor. Abrazar como propio el reclamo por el juicio, castigo y cárcel común para todos los genocidas; por la apertura de los archivos y la restitución inmediata de la identidad para los cientos de niños y niñas que fueron apropiadas, es fundamental ante el avance de la derecha en la Argentina, expresada en el triunfo electoral de Javier Milei/Victoria Villaruel, que en pocos meses de gobierno llevaron adelante el ataque más brutal contra los intereses nacionales, los derechos populares y las libertades democráticas desde el retorno de la democracia a la fecha.
A días del #24M, en un contexto donde el Gobierno Nacional promueve el hambre y el ajuste para las mayorias, inicita al odio, reivincia el genocidio realizado por la última dictadura militar, y alienta rumores de indulto a los genocidas, repudiamos el brutal ataque hacia una integrante de la Red Nacional H.I.J.O.S, que fue atacada por dos individuos que la esperaban dentro de su domicilio, luego de forzar la puerta e ingresar ilegalmente. Fue atada, golpeada, abusada sexualmente, y recibió amenazas de muerte de parte de sus captores, que firmaron el ataque con la frase «VLLC», utilizada por militantes de La Libertad Avanza.
Exigimos el inmediato esclarecimiento del hecho por parte del poder judicial y hacemos responsables al gobierno nacional.
En este contexto es fundamental trabajar para la unidad de todos quienes no tenemos nada más que perder que nuestras cadenas. Con más fuerza y convicción, este 24 de marzo vamos a copar las calles de todo el país para enfrentarlos, por la memoria, la verdad y la justicia, porque son 30mil y porque fue fue genocidio!
