El gobierno de Milei prendió la motosierra y empezó a usarla en la economía, salud, educación, etc. La Universidad Pública no fue la excepción. En ella estudiamos casi dos millones de pibes y pibas para ser profesionales y científicos. La Universidad hace investigaciones y se vincula con temas de la producción industrial, agraria, social y ambiental. Todo esto convive con varios problemas de nuestra educación. ¿La motosierra es para terminar con las conquistas o con los problemas?
El gobierno nacional anunció que el presupuesto de la Universidad para este año será el mismo que en 2023. No tiene en cuenta que hasta marzo tuvimos un 272% de inflación interanual. Esto alcanza para funcionar hasta mayo y liquida a los comedores y las becas que dependen de ese dinero.
Para Milei la creación de nuevas universidades es “un negocio más de la política”. Funcionarios de la Secretaría de Educación dicen que vienen a cerrar universidades y que éstas son “enemigas del gobierno”.
En el proyecto de Ley Ómnibus, (frenado por la lucha popular y el paro nacional) el gobierno expuso su política universitaria: recortes de presupuesto, restricciones al ingreso, violar la autonomía universitaria, arancel y aún más injerencia de monopolios y terratenientes en los contenidos a enseñar y la investigación.
Docentes y no docentes realizaron un gran paro nacional el 14 de marzo porque el gobierno les aumentó un 6% el sueldo cuando la inflación fue del 60%. En febrero anunciaron que eliminarán la financiación de las Becas Progresar, de las que aún no se abrió la inscripción y tampoco se aumentaron los montos.
Los precios del colectivo se dispararon. Hay provincias donde sale $1000 o más, por viaje para ir a estudiar. Los alquileres también son una locura.
Problemas viejos, problemas nuevos
Milei agita la motosierra sobre problemas y necesidades que ya teníamos. Desde el gobierno dicen que los bajos números de egresados es “ineficiencia” del presupuesto. No dicen nada de la falta de horarios para cursar, los alquileres inaccesibles, falta de comedores, becas y albergues. Nada de las complicaciones para inscribirse para cursar o rendir porque el SIU Guaraní no funciona. No tenemos prácticas e insumos para formarnos y muchos de los contenidos de nuestras carreras están alejados de los problemas del pueblo, la pequeña y mediana producción nacional del campo y la industria, la soberanía nacional, etc. Todo esto no se resolvió durante el gobierno anterior. Incluso algunos se profundizaron.
Estos problemas son la base de los bajos índices de egreso y de una formación deficitaria y distanciada de los problemas populares actuales. Es la enorme base que impide el acceso a grandes sectores de pibes y pibas que no les ofrecen otro futuro más que la droga, precarización y la desocupación. ¿Cómo se van a resolver estos problemas si se congela el presupuesto, se aumenta el boleto, se cierran las becas, arancelan y se oponen a la creación de nuevas universidades?
En defensa de la educación pública
Con la Reforma Universitaria de 1918 se conquistó el cogobierno, la autonomía, la enseñanza laica, el papel activo de los estudiantes en la enseñanza y la conducción de las casas de estudio. En la historia, los estudiantes ganamos comedores, becas, planes de estudios y prácticas con otros contenidos, el boleto y horarios de cursada. Enfrentamos el examen de ingreso, la violación de la autonomía y el arancel durante el gobierno de Menem etc. y el ataque del gobierno de Macri. El gobierno de Milei requiere que la Universidad, los profesionales y sus investigaciones se amolden a un país con una economía dependiente, latifundista y alineada al “capitalismo occidental” al cual Milei se somete. A ese modelo con menos campesinos pobres y medios, con menos talleres metalúrgicos, menos construcciones, menos industria, le “sobran” universidades, le “sobran” estudiantes y le “sobran” profesionales.
Desde cada curso con los cuerpos de delegados, clases públicas, movilizaciones y paros vamos a defender la Universidad pública, que es defender las conquistas que ganamos desde la Reforma de 1918 y todo lo vino después. Defenderla para conquistar otra Universidad que sea popular, científica y democrática, que solo será posible con otro gobierno que aplique otra política, y que tenga la perspectiva de otro modelo, popular y patriótico, que termine con la dependencia y el latifundio.
INGRESO SIN ARANCEL
La Reforma universitaria de 1918 reclamó la quita de los aranceles, pero esto no se logró sino hasta 1949, mediante un decreto del gobierno de Perón. Las universidades públicas de Argentina son pioneras en este sentido, para Latinoamérica. Es un orgullo que nuestro país pueda ofrecer educación pública y de calidad y sin arancel a cualquier persona, y como esta institución no tiene fines lucrativos, pensar en cobrarles a los extranjeros, como propone Milei, es un retroceso que tiene como objetivo final imponer el arancel en general. El plan es empezar por los extranjeros para luego extenderlo a todos. Con el ajuste de presupuesto actual, esto ya se está viendo en Tucumán que cobran un arancel que llaman “bono contribución” la Facultad de Derecho y la de Medicina.





