Son todos narcos, de los malos

En un momento en el que se complica la situación de vida de las y los jóvenes, con el ajuste de Milei lo que crece es la droga y el narcotráfico.

Durante estos dos años del gobierno de Milei la situación de vida de las y los jóvenes se fue deteriorando, con la falta de trabajo, el aumento de la comida, los alquileres, el desfinanciamiento de la salud pública, la educación y de programas juveniles. Esto golpea no solo las condiciones materiales necesarias para una vida digna, sino que también hace que crezca la disputa por la juventud con las clases dominantes, siendo la droga una de las principales herramienta para esto.

Tiene plena vigencia lo que planteaba Jacinto Roldán en una charla a la juventud: “Hay una enorme disputa por la juventud, las clases dominantes pretenden que ésta sea una generación que no se rebele y que se adapte a las leyes que imponen el imperialismo y los terratenientes”.

Algo que venimos discutiendo, sobre todo en los barrios, es la falta de perspectiva de muchos jóvenes. Cuando preguntamos ¿qué querés hacer? ¿Aprender un oficio, estudiar algo, tener un proyecto? Por lo general no son preguntas fáciles de responder, porque algunas de las respuestas son muy lejanas en la actualidad. Entonces las clases dominantes ofrecen una salida o “soluciones” a esos problemas, que tienen que ver con aspiraciones completamente individuales, la plata fácil, el “modelo narco”, lo que transgrede la “ley”, los trofeos efímeros y la soluciones inmediatas; en síntesis, la vida descartable. Porque las leyes de este sistema y la justicia, como todos conocen, no están hechas para el pibe o la piba sencilla, o para el laburante común y corriente. Sino para garantizar la continuidad de este Estado podrido y corrupto. Al igual que las fuerzas de seguridad interna, como la policía.

En nuestro 10° Congreso de la JCR, dijimos, “las drogas son un mecanismo de dominación de la natural rebeldía que surge frente a las condiciones sociales de vida y de trabajo de nuestro pueblo. Busca que la juventud no se rebele ni luche por cambiar su realidad de no tener laburo para alimentar nuestros hijos, no poder seguir estudiando, que nos rompan el cuerpo y nos quemen la cabeza los ritmos de producción en la fábrica, de no tener la tierra para trabajarla y migrar a las villas de las grandes ciudades. Si somos profesionales, buscan que agachemos la cabeza y asumamos ser el garca que extraiga más plusvalía y reproduzca este sistema, a artistas desconectados de los sufrimientos del pueblo”. Sumado a que “la Argentina pasó de ser un país de tránsito, luego de consumo, para actualmente producir y exportar” droga.

Por eso la lucha contra la droga es una lucha por la vida, contra los imperialismos, por la soberanía y la independencia. Contra este sistema de mierda.

Entonces, para los jóvenes comunistas revolucionarios, que entendemos al mundo entre los amigos de la revolución y los enemigos de la revolución, la droga y el narcotráfico son grandes enemigos de la revolución.

Porque históricamente fué la herramienta de las clases dominantes para aplacar la rebeldía. Por ejemplo, con la droga, destruyeron grandes movimientos como el que se generó contra la guerra imperialista contra el pueblo de Vietnam.

¿Se corre el estado, avanza el narcotráfico?

Nosotros, las y los jóvenes comunistas revolucionarios pensamos que la única forma de terminar con el sufrimiento del pueblo es con una gran revolución, cómo dijo nuestro querido Otro Vargas. Es muy difícil pensar en el estado y el narcotráfico como dos cuestiones separadas. Porque el estado, de manera muy breve, es el órgano de dominación de clases, Lenin lo define como “producto y manifestación del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase”. El Estado es la herramienta de la clase económicamente dominante para la represión y explotación de la clase oprimida.

Por ejemplo, en los vínculos, ya comprobados de José Luis Espert con Fred Machado, acusado de lavado de dinero provenientes del narcotráfico. O en la vinculación del triple femicidio con una banda de narcotraficantes. Hace unos meses atrás, era noticia el blanqueamiento de dólares, que beneficiaba principalmente a aquellos que no podían explicar de dónde los habían sacado, mayormente de la venta de drogas, trata y la prostitución, venta de armas, etc.

Entonces, ¿sería posible el narcotráfico sin este Estado o por fuera de este Estado? Creemos que no. A su vez, ubicando que estamos en un momento político en el que en el mundo crecen las guerras y se recrudece la disputa imperialista por su control. Y en la Argentina, en particular, como un país dependiente y en disputa. El estado no se retira, está presente, y el narcotráfico es una de las herramientas represivas de este estado.

¿Y entonces qué hacemos?

Ponernos a la cabeza de la lucha por los problemas de las y los jóvenes: como el hambre, la salud, la educación, el trabajo. Avanzar en el protagonismo de cada pibe y piba en las discusiones y las decisiones. Mientras desde su propia experiencia van haciendo un camino en la lucha por la revolución.

Y seguir construyendo desde la unidad y la lucha un gran movimiento de lucha contra la droga y el narcotráfico, continuar la lucha por el sostenimiento de las Casas de Atención y Acompañamiento Comunitario y nuevas aperturas y confluir con todos los sectores que necesitan derrotar la política de este gobierno. Para avanzar en un camino hacia la independencia nacional, y por una Argentina con tierra, techo, trabajo y salud para todos los que habitan el suelo Argentino.

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