Bad Bunny lanzó su nuevo álbum y nos dejó ver el alma de Puerto Rico. Del Caribe a Nueva York, hizo resonar una denuncia al imperialismo yanqui y las necesidades más sentidas del pueblo que lo vio crecer. Así puso sobre la mesa lo urgente de nuestra realidad: necesitamos más artistas al servicio del pueblo.

La silla de plástico que puede encontrarse en cualquier casa de América Latina y un fondo verde que es sólo un recorte de las raíces que corren por nuestro continente. Esa es la carta de presentación del nuevo álbum de Bad Bunny (Benito para el barrio). A partir del lanzamiento del disco, miles y miles de personas que empezaban a escucharlo corrieron a sacarle una foto a sus propias sillas de plástico con fondo de plantas y enredaderas. Ese sólo hecho puso a DeBÍ TiRAR MáS FOToS al servicio del pueblo y el contenido musical y poético terminó de confirmarlo. Un álbum que se construye honrando a los ritmos latinos más arraigados: salsa, plena, reggaetón y dembow y que en sus canciones incluye colaboraciones con otros artistas de su tierra. Un homenaje a esos otros artistas de Puerto Rico que le marcaron un camino: desde el Gran Combo de Puerto Rico, un grupo de los setenta, hasta Wisin & Yandel, que fueron (junto a tantos otros) pioneros de un reggaetón de fines de los noventa, cuando el estigma era aún más duro.
Bad Bunny es concreto y directo con lo que quiere mostrar en su nuevo álbum: quiere que todo el mundo sepa de dónde viene y que se entienda que su arte no se separa de los sufrimientos y la lucha del pueblo boricua. “Aquí mataron gente por sacar la bandera, por eso es que ahora yo la llevo donde quiera”, “Y que recuerden que siempre fui yo, siempre fui Benito” canta en LA MuDANZA. Canción a canción va trazando una línea coherente entre la colonización que tuvo lugar hace cinco siglos, sus consecuencias materiales e ideológicas a lo largo de los años y cómo se vive en la actualidad. Así nos muestra los rasgos culturales puertorriqueños más significativos que se ven afectados por la explotación imperialista.
Condensa todo el recorrido introduciendo en su poesía el concepto de gentrificación, que se refiere al desplazamiento de los habitantes nativos de una tierra, que deben abandonar su hogar debido a la llegada masiva de personas con mayores ingresos y, en consecuencia, una inversión inmobiliaria y comercial (entre otras) que encarece significativamente el costo de vida. Una invasión moderna que pone claras las reglas del juego: es dueño de la tierra quien tiene el capital en sus manos, y al que no le alcanza, tiene las puertas abiertas. Bad Bunny resalta las similitudes entre Puerto Rico, que en los últimos años vio una profundización de este fenómeno en sus tierras y Hawaii, que en 1898 terminó siendo anexada a Estados Unidos y se convirtió en el Estado número 50. En su canción LO QUE LE PASÓ A HAWAii, marca una posición y un canto de lucha: “Quieren quitarme el río y también la playa, quieren el barrio mío y que mi abuelita se vaya. No, no suelte’ la bandera ni olvide’ el lelolai, que no quiero que hagan contigo lo que le pasó a Hawái”. El desplazamiento de nativos de Puerto Rico tiene como destino principal a los Estados Unidos. Una fuga que arroja un dato doloroso: actualmente hay más puertorriqueños en Norteamérica que en el mismísimo Puerto Rico. Una muestra más del aparato imperialista que Estados Unidos impone sobre la isla, que es territorio estadounidense desde el siglo XIX y, al mismo tiempo, no goza ni de cerca de los mismos derechos que los yanquis. Así, Puerto Rico carece totalmente de soberanía nacional, política y económica. “Aquí nadie quiso irse, y quien se fue, sueña con volver. Si algún día me tocara, qué mucho me va a doler”. Ya en el primer tema del álbum nos muestra una imagen de esos hermanos latinoamericanos que tuvieron que dejar su lugar de origen y fueron a parar a Nueva York. “Un shot de cañita en casa de Toñita y PR se siente cerquita” canta en NUEVAYoL. Se ríe del frío de la ciudad y del choque cultural que duele y desarraiga.
Bad Bunny utiliza su masividad (y sobre todo su popularidad en Estados Unidos) para plantar bandera en una industria donde lo hegemónico no es posicionarse. Abre un debate con sus propios colegas, incluidos los colegas argentinos que “no hablan de política”, mientras los pocos del género que sí lo hacen son atacados por Milei. A nosotros también se nos abre la posibilidad de un debate: el debate de la dependencia y de las formas que van tomando las distintas potencias imperialistas para seguir colonizando nuestros territorios y nuestra cultura. En la situación internacional actual, en la que vemos cómo unos pocos países explotadores se disputan el resto del mundo, el rumbo de nuestro camino lo deciden otros. En Argentina, el gobierno de Milei (que está alineado y al servicio del imperialismo yanqui), perdemos todos los días un poquito más de soberanía. Como países dependientes, los latinoamericanos sufrimos esta situación desde el nacimiento de la patria, mientras que los pueblos resisten y saben leer las mejores condiciones para avanzar en un camino que nos libere y que haga flamear cada bandera de América Latina como única y soberana.
DeBÍ TiRAR MáS FOToS no es la primera obra de Bad Bunny al servicio de las necesidades y los debates populares. Anteriormente, tenemos ejemplos como YO PERREO SOLA, un himno de las salidas y las fiestas de la juventud que combina lo típico del reggaetón con la vuelta que venía dando el debate del feminismo sobre el acoso, los roles de género y la diversidad. Por otro lado, el antecedente más poderoso de su carrera ocurre en su colaboración con Residente y con iLe en el tema “Afilando los cuchillos”. La canción fue grabada y lanzada en el mismo día, en el año 2019, ante la necesidad de una música al servicio de la oleada de protestas en Puerto Rico. Las mismas exigían la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló en una expresión del pueblo puertorriqueño cansado de la sumisión a los yanquis y de vivir una vida de “ciudadanos estadounidenses de segunda”. Una vida en la que Estados Unidos es dueño de Puerto Rico, pero sus habitantes no pueden ni siquiera votar en las elecciones yanquis. Además, repudiaban sus comentarios machistas, homofóbicos y la corrupción de su gobierno. La colaboración de los tres artistas fue fundamental en lo que fue influenciar a cientos de personas de Puerto Rico para que se sumen a la lucha y, además, un llamado de atención a colegas internacionales: “Esto va pa’ los artistas internacionales, ¿Y las banderitas de Puerto Rico en las redes sociales?”. La canción denuncia con nombre y apellido actos de lavado de dinero, profundización de la crisis económica y una persecución a los artistas y a los sectores populares. En su parte, Bad Bunny hace una declaración de lo que ya era su objetivo como artista: dejar aunque sea una huella gritando lo que grita su pueblo. “Arranca pa’l carajo y vete lejos, y denle la bienvenida a la generación del “yo no me dejo”.
En 2019, después de lanzar la colaboración, Bad Bunny tomó posición en una de sus declaraciones y dio a entender que se tomaba un descanso de la música porque su gente necesitaba que él estuviera con ellos y él necesitaba lo mismo. Casi seis años después, saca DeBÍ TiRAR MáS FOToS, un álbum que refleja los dolores, los sueños arrebatados y la urgencia de no resignarse. Y así nos muestra su evolución alrededor de esa idea que tuvo en 2019: en momentos donde el imperialismo aprieta demasiado fuerte y el pueblo busca fuerzas para enfrentarlo, más que nunca se necesita al artista haciendo arte al servicio de esas luchas.


