EL FÚTBOL ARGENTINO EN DEBATE: carácter de los clubes de fútbol, y el formato de las ligas.

Desde hace un tiempo en nuestro país existe un debate en torno a si los clubes deben mantener su carácter social y deportivo o convertirse en sociedades anónimas deportivas. Con un gobierno nacional que empuja la idea del libre mercado, y la privatización de espacios como lo son los clubes, con la excusa de que la inversión de capitales privados podría «mejorar» las condiciones de los clubes, y por ende, nuestro fútbol. Ideas que son empujadas por el presidente Javier Milei, apoyadas por personajes como Mauricio Macri, quienes buscan lucrar con las SAD.

El fútbol argentino necesita cambios, pero las Sociedades Anónimas Deportivas no son la salida. Esto implicaría un beneficio para los empresarios que se conviertan en dueños de los clubes, no para los hinchas. Como en una empresa, el dueño de una SAD puede retirar su inversión en cualquier momento, vender todo al mejor postor e irse a invertir en otro club o liga que le rinda mayor capital, sin importar el destino del club.

El fracaso europeo

Se vende la idea de que ser una SAD es sinónimo de convertirse en el Manchester City, cuando ejemplos de fracasos en estos proyectos abundan, como el Girondis de Bourdeaux, el séptimo máximo ganador de la historia de la Ligue 1 de Francia, por donde pasaron jugadores como Zidane, Pochetino y Cavenaghi. Hoy en día el club abandonó su estatus como institución profesional, debido al colapso total ocasionado por deudas impagables que dejó el empresario Gerard López, quien generó la desaparición del Mouscron belga, provocó crisis en el Boavista portugués y dejó al Lille de Francia al borde de la bancarrota. López llegó al club como supuesto «salvador» para pagar las deudas del Bourdeaux ocasionadas por la mala gestión del fondo de inversión norteamericano King Street, quienes fueron los dueños anteriores. El Bourdeaux terminó jugando en la tercera división, y tuvo que cerrar su cantera. Ejemplos como el Club Atlético Torque de Uruguay, quien perdió su identidad al ser adquirido por el City Group convirtiendose en el «Montevideo City Torque», entre otros.

El Campeón de los humildes

En medio de este panorama surge un ejemplo de lo contrario. El de un Club Social y Deportivo, de una asociación civil sin fines de lucro, de los socios, que sin poseer el capital que ostentan equipos como River o Boca, hoy alcanza la gloria del fútbol argentino. Los clubes son de los socios y su rol social es central para ayudar a combatir las adicciones en la juventud de los barrios populares ofreciendo las prácticas deportivas como alternativa, claves como espacio de organización colectiva para la lucha contra el hambre y el frío, mediante las ollas populares, las colectas de abrigo, entre otras cosas. El problema de los clubes no es su carácter social, sino la corrupción burguesa, corrupción que se profundiza en un modelo de Sociedad Anónima en el cual los hinchas no tengan voz ni voto. La consagración de Platense es un ejemplo de que un club de los socios, con una administración transparente, con «las cuentas claras», puede lograr alcanzar la cima en el fútbol, incluso derrotando a los clubes más grandes en el camino.

¿La liga de los campeones del mundo?

La realidad de nuestros clubes se vuelve más difícil día a día y esto no es por su carácter legal, sino por la crisis que atraviesa el fútbol argentino. En un país con una creciente crisis económica, desde hace varios años a los clubes les cuesta cada vez más retener a las promesas futbolísticas nacidas de nuestra cantera, incluso a los clubes grandes. Las ligas pierden competitividad, pero no es solo por su formato de 30 equipos sin descenso, sino también por la ausencia del estado en el deporte. En otras épocas, con distintos formatos, nuestra liga se caracterizaba por que podía salir campeón casi cualquier equipo, a diferencia de ligas hegemonizadas por 2 equipos como pasa en España, por ejemplo. Los clubes necesitan economía para funcionar, para pagar desde los salarios de los jugadores, hasta para comprar los elementos necesarios para llevar a cabo las distintas disciplinas deportivas. Es muy difícil competir con una liga en la cual el campeón se lleva 500 mil dólares, 27 veces menos de lo que ganó el campeón de la liga brasileña por ganar la final en 2024.

El fútbol del pueblo liberado

Necesitamos que el deporte más popular vuelva a ser grande en nuestro país, y esto no va a ser posible sin una Argentina libre de toda dominación extranjera, donde el acceso al deporte sea gratuito, con un estado que invierta en nuestro deporte nacional, retomando políticas tales como lo fue el programa «Fútbol para todos». Con clubes en condiciones para funcionar y poder retener a las grandes estrellas que surgen de nuestro suelo, para volver a ser la liga de los campeones del mundo, en un país que respira fútbol como el nuestro.

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