En la primera línea

Cuando la crisis se incrementa, la solidaridad y la organización son la única esperanza. Charlamos con Marta y Perla, dos compañeras de la CCC y del Movimiento Ni Un Pibe Menos por la Droga, que se organizan en sus barrios para enfrentar el hambre y la desidia del gobierno de Milei.

Un estudio realizado por UNICEF señala que en nuestro país, donde se producen alimentos para 400 millones de personas, un millón y medio de pibes y pibas se van a dormir sin cenar. El 70% de los menores de 18 años, es decir, alrededor de 7 millones de pibes y pibas, viven por debajo de la línea de pobreza. Mientras esta crece de forma alarmante, los senadores cobran más de 7 millones de pesos, y en Olivos, Milei y los traidores de la patria festejan con un asado haber gaseado a nuestros viejos que se manifestaban en Congreso contra el veto a las jubilaciones. Para que lxs niñxs lleguen a la mayor cantidad de comidas posibles, son cada vez más los padres y las madres que viven a mate para poder saltearse alguna comida.

Desde el Ministerio de Capital “Inhumano”, descaradamente y sin corazón, mienten, y dejan pudrir la comida en los galpones. Y a las ollas populares, que tienen cada vez filas más largas, no les mandan ni un kilo de arroz.

“Desde diciembre cambió drásticamente la realidad en nuestro espacio”, nos cuenta Perla, quien es parte del Equipo de Coordinación de la Casa de Atención y Acompañamiento comunitario “Angel con Amor”, en el barrio de Corchito ubicado en San Salvador de Jujuy. “En el barrio se complejizó aún más la situación. Pasamos de 150 a 400 tápers a principio de año, ahora articulamos con otros comedores porque ninguno da a basto. A nosotros la Provincia no nos baja nada, y el Servicio Alimentario que mandan de Nación no alcanza. Muchos compañeros y vecinos nos preguntan “¿hasta cuándo hay que aguantar?” 

“Yo no creo que se trate de resistir individualmente, sino de organizarnos y luchar. Cuando aumenta la necesidad, también aumenta la organización colectiva. Y en los barrios aprendimos a organizarnos.

Marta, pertenece hace treinta años a la Corriente Clasista y Combativa y es del Barrio 24 de Febrero, de la localidad Rafael Castillo de La Matanza. “Es mi sostén de cada día”, responde cuando le preguntamos por su querida organización. Sostiene junto a otras compañeras desde el inicio de la pandemia, la olla popular “La Vieja Marta”. La olla lleva este nombre en conmemoración a su mamá, quien también pertenecía a la CCC y “era la cocinera de los piquetes, la cocinera del barrio, la que esperaba a los compañeros que venían de luchar con un guiso de lentejas y la
que cocinaba docenas y docenas de empanadas para juntar plata para viajar a los Encuentros de Mujeres”.

Cuando le preguntamos por la realidad del comedor, nos cuenta que “en la pandemia teníamos muchos vecinos que venían a buscar la vianda y podíamos hacer comedor y merendero toda la semana. Cuando pasó la pandemia había bajado mucho la cantidad y creíamos que todo se estaba acomodando. Desde que asumió Milei todo empeoró. Viene cada vez más gente, familias enteras. El gobierno no nos ayuda con nada” dice Marta, y nos relata que para enfrentar el hambre en los barrios,los compañeros y las compañeras se organizan para hacer colectas de donaciones, recorren las carnicerías para conseguir menudos para que la olla tenga algo de proteína y, entre eso y los “secos” que envían de Provincia, resuelven ollas de comida, dos o tres veces por semana.

“Antes cocinábamos con leña, en un momento empezamos a poner nuestras garrafas para usar anafes y ahora volvimos a la leña porque ya no alcanza para el gas. Nos rebuscamos como podemos y le mangueamos a todo el mundo, pero cada vez nos cuesta más. Da mucha impotencia y bronca tener que decirle a los chicos y a los abuelos que vienen con su taper que ya no hay comida.”

Crecen las violencias

En momentos de crisis económica y social, donde las mayorías la están pasando realmente mal, la porción más grande nos toca a nosotras. Se ha demostrado, una y otra vez, que la crisis agudiza las violencias que sufrimos las mujeres. 

“La zona está colapsada de mujeres en situación de prostitución, creció mucho en este último tiempo. Incluso algunas son obligadas por sus parejas a prostituirse, para que puedan conseguir los dos para consumir drogas.”

“Aumentó también la violencia en las casas, porque obviamente la carga la tiene la mujer en relación a poder resolverlo todo. Somos nosotras las responsables de que la comida alcance, y si no alcanza, también es nuestra culpa.” Nos cuenta Perla que así empiezan muchas discusiones que terminan en violencia psicológica y en muchos casos física. Según el observatorio “Ahora que sí nos ven”, entre el 1 de enero y el 31 de agosto 2024 se registran 168 femicidios. 24 corresponden al mes de agosto. El 61% de los femicidios fue cometido por las parejas y ex parejas de las víctimas, el 36% de los femicidios ocurrieron en la vivienda de la víctima y el 18% de las víctimas habían realizado al menos una denuncia. Al menos 155 niñxs perdieron a sus madres como consecuencia de la violencia machista.

La “salida” que nos quieren imponer
Son alrededor de 80 los pibes y las pibas que están en tratamiento en la CAAC de Corchito, la mayoría mujeres. En el espacio, encuentran terapia para empezar su tratamiento, pero también actividades recreativas y talleres, las 4 comidas, un lugar para dormir durante el día si quisieran, asesoramiento jurídico y acompañamiento para terminar el colegio.

«Creció muchísimo el consumo de drogas y alcohol, principalmente entre las mujeres, se usa como una falsa alternativa para aguantar la situación. Vienen cada vez más, aún con lo difícil que es asumir que tienen una enfermedad y poder pensar primero en ellas, además del estigma social que hay al respecto porque en muchos lugares tienen que dejar a sus hijos para poder empezar un tratamiento o incluso para internarse. No es fácil siendo mujer, siendo madre y tener una adicción. “

“En Corchito tenemos guardería, las chicas vienen con sus hijitos, tienen sus terapias y actividades mientras los pibes están en un lugar seguro, almuerzan juntos y a la tarde cada uno sigue en su espacio.” 

Planifiquemos la esperanza 

“Este tipo vino a golpearnos. En el barrio no hay un solo vecino que me diga que con Milei estamos mejor. Lo odian a este tipo, odian a este gobierno.  Muchos vecinos se metieron para adentro por la angustia y la desesperación de ver que sus hijos no tienen para comer, otros quizás agarraron las drogas y el alcohol, pero muchos otros están dispuestos a luchar para que esto cambie.”

“Nosotros siempre hemos estado en las calles luchando, sea el gobierno que sea, la CCC se puso al frente de cada lucha, acompañando a cada sector que esté luchando por sus derechos. Este gobierno fue el peor que yo viví, no se aguanta más, la salida es que este tipo se vaya. Él, Bullrich, y todos lo que lo acompañan. Que se vayan. Pero si vos me preguntás la salida de fondo, mi sueño es un gobierno popular, no sé si lo llegaré a ver, pero vamos a seguir luchando para eso” concluye Marta. 

A Perla y Marta las separan 1500km, pero sus realidades no se distancian en nada. Sus sufrimientos son reflejo de lo que vivimos miles de mujeres dia a día, en todo el país. Ellas, como la mayoría de las mujeres en Argentina son el sostén principal de su hogar, cargando en sus hombros las tareas domésticas y la organización familiar. Además de esto, mujeres como Perla y Marta, se ponen al frente de organizar la bronca y la solidaridad, resolviendo el hambre en sus casas, y también el hambre del barrio en su conjunto. 

Ante la crueldad del gobierno y el “sálvese quien pueda” que intentan imponer, levantamos los ejemplos de estas mujeres que plantan la bandera de la organización colectiva, prendiendo el fuego de las luchas en las ollas populares. 

Compartir nota:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sobre nosotros

Somos la revista de la Juventud Comunista Revolucionaria ☭

Últimas notas

  • All Post
  • Ambiente
  • Arte
  • Barrios
  • Comunismo
  • Deportes
  • Economía
  • Educación
  • Internacional
  • Mujeres
  • Política
  • Quiénes somos
  • Secundarixs
  • Series
  • Sin categoría
  • Universidad