La cancha es de los pibxs

En el barrio San José de Isidro Casanova, partido de La Matanza, los vecinos se organizaron para recuperar la canchita del barrio para los pibes y pibas. Fuimos a charlar con Valentina, del Movimiento “Ni un pibe menos por la droga”, que tiene una CAAC (Centro de Acompañamiento y Atención Comunitaria) en el mismo barrio. Te contamos esta experiencia.

La CAAC tiene por nombre “La 91 San José” y es un espacio al que los y las vecinos acuden en búsqueda de una salida al problema de la droga, a través del deporte, la recreación, en un contexto muy difícil para el desarrollo de los pibes y pibas.  En septiembre del año pasado, un “grupo de gente” que no estaba identificada, intentaron apropiarse de un terreno donde los chicos del barrio juegan al futbol y la CAAC, organiza torneos y distintas actividades.

Comenzaron a cercarlo y ante esta situación, los vecinos se alarmaron y recurrieron a los jóvenes que trabajan en la CAAC y el movimiento (entre estos Valentina) para trasmitirles esta preocupación. Al corroborar que esta gente que estaba cerrando la cancha no eran de la CAAC, sino personas ajenas al barrio, quedaron en avisar si lo volvían ver. Nuevamente estas personas aparecieron en la cancha y en esta oportunidad los vecinos decidieron encararlos. La respuesta fue que iban a construir un club, para lo cual habían arreglado con un supuesto dueño. La situación era muy extraña porque ese terreno nunca tuvo un dueño. Los vecinos dieron aviso a los coordinadores de la CAAC, y cuando estos llegaron, encontraron a un grupo de chicas instaladas con sus conjuntos deportivos, sus botines, de todas las categorías. También había muchos autos en el predio, con gente ajena al barrio.

En ese momento los integrantes de la CAAC y los vecinos intentaron explicarles a los apropiadores que ese espacio pertenece al barrio, donde se realizan actividades sin fines de lucro, como herramienta de recreación para combatir la droga. Pero ellos no querían dar el brazo a torcer y seguían con su postura. Tampoco querían realizar actividades en conjunto con la CAAC, ya que también se les planteó esa posibilidad. Esto generó que la situación se tensara, que aparezcan más vecinos, e integrantes de la CCC, que viven en el barrio. La discusión empezó a elevarse, con acusaciones falsas e insultos como “chorros”, entre otros. Se les planteó hacer una asamblea barrial para decidir democráticamente que querían hacer los vecinos con el espacio. Sin embargo, ellos se negaron también a esto, a pesar de que decían que contaban con el “apoyo” de muchos.

Valentina nos cuenta que en medio de la discusión, había diferentes opiniones de parte de los vecinos. “La gente buscaba ensuciar al movimiento y la CAAC, tildándolos de chorros, y algunos vecinos compraban ese discurso. Pero luego reconocieron que la CAAC, les brindaba ayuda genuina, apoyo psicológico, espacios de recreación con las escuelitas de fútbol. “

Cuando los apropiadores vieron que comenzaron a estar en minoría y solo contaban con el apoyo de una vecina, se pusieron nerviosos. “Acá no van a cerrar, esta cancha es del barrio, ellos son los dueños porque son los que ayudan a los pibes”, decían la mayoría de los vecinos, señalando a los integrantes de la CAAC. “La discusión seguía escalando, pero entonces llegaron como veinte pibes del barrio con palos, con pelotas. “Acá no va cerrar nadie, la cancha es de los pibes del barrio”. Se metieron en la cancha a jugar y los apropiadores tuvieron que retirarse.

Un barrio olvidado por la política del gobierno

Esta situación fortaleció a los pibes del barrio, a los vecinos y a la integración de la CAAC en el barrio, ya que permitió que luego se quedaran conversando sobre las grandes necesidades que tiene San José, como la falta de luz, las amenazas de desalojo, que sufren contantemente, entre otras problemáticas. Se conformó una comisión de mantenimiento de la cancha.

Este hecho refleja las grandes postergaciones que se sufren en los barrios del conurbano bonaerense como también la inseguridad, la falta de trabajo, el aumento desmedido de los servicios básicos, el hambre, etc.

Y también por esta razón son imprescindibles los clubes de barrio, las CAAC, y los movimientos sociales que ayudan a fortalecer los lazos sociales, a nuclear las necesidades y poner en discusión una salida colectiva, frente a la insensibilidad del gobierno de Milei y a su intento de ensuciar el trabajo de las organizaciones.

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