Nos hunden en el fondo

El gobierno negocia un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional: en esta nota profundizamos porque es un nuevo capítulo de entreguismo y dependencia para nuestro país.

El gobierno necesita que le entren dólares para darle aire a su plan económico, que cruje por todos lados. Un acuerdo que el gobierno impuso por decreto, y la cámara de diputados avaló rastreramente, ninguneando la propia Constitución nacional. Este acuerdo con el FMI es una nueva y gigantesca estafa, en beneficio de los grandes especuladores financieros que se están llenando los bolsillos con las medidas del ministro de Economía. Un acuerdo del que no se sabe el monto, los intereses ni las condiciones. El gobierno pretende con este acuerdo llegar hasta las elecciones sin que la inflación, que sigue creciendo pese a sus mentiras, se dispare con una nueva devaluación del peso.

En países dependientes como el nuestro, la deuda es una forma de dominación: el FMI le presta plata a la argentina, pero pone condiciones, como ajustar el déficit fiscal, subir la edad jubilatoria o ponerle techo a las paritarias. Es decir que condiciona la política y la economía de su país.

El “equilibrio fiscal” tan levantado por el gobierno fue todo en función de pagar la deuda externa: según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) el 99,6% de lo que recortaron con el brutal ajuste, fue usado para pagar intereses de la deuda, es decir que $896.130 millones fueron usados para pagar deuda, y apenas $3531 millones para el país, en una Argentina en la que un millón de chicos se van a dormir sin cenar.

Ilegítima, fraudulenta, usuaria

La deuda externa en nuestro país tiene una historia larga. Ya en la dictadura la deuda pública ascendió de 4 mil millones de dólares a 44 mil millones. E incluso nacionalizaron como deuda estatal deuda de empresas privadas. El gobierno de Macri se endeudó a cien años, pidiendo 45 mil millones de dólares, sin pasar por el Congreso. Macri arregló con Trump, que en ese momento también era presidente de EEUU, y el fondo violó todos sus estatutos y le dio a Macri el préstamo más grande de la historia del FMI. Por eso es ilegítima y fraudulenta. A la vez la deuda es usuraria: te cobran los intereses de los intereses de los intereses, de manera que nunca se termina.

La fórmula de la estafa

Otra cuestión es: ¿qué pasa con la plata de la deuda? Cuando el macrismo tomó deuda, esa plata no fue para las necesidades del pueblo, sino que se fugó con la bicicleta financiera. ¿Quién era el ministro de economía que tomó deuda para que la fuguen a través de la bicicleta financiera? Toto Caputo. ¿Y quién es el ministro de economía que va al fondo para pagar la deuda con el fondo que tomó Toto Caputo? El mismo Toto Caputo, la única diferencia es que ahora a la bicicleta financiera le pusieron un nombre más cool, y dicen “carry trade”.

Esta bicicleta financiera es una estrategia de los financistas para ganar dinero rápidamente. Un especulador que tiene dólares, los cambia por pesos argentinos, y los coloca durante un tiempo cobrando los intereses que corresponden a los pesos. La tasa de interés del peso argentino es muchísimo más alta (digamos, los pesos dan un 29% de interés anual, y los dólares un 4,5%). Cuando gana los intereses en pesos, hace la operación contraria, cambia los pesos por dólares. El riesgo que tienen es que se devalúe el peso mientras esperan los frutos de la tasa de interes en pesos. Por eso en 2024 Milei implementó la tablita de Martinez de Hoz en la dictadura: fijó un 2% de devaluación mensual para que sus amigos especuladores sepan bien cuándo les conviene volver a cambiar a dólares. Ahora lo quiere llevar al 1% para que ganen más.

Hoy los especuladores, ante la posible devaluación del peso, presionan y el gobierno para mantener el valor del dólar vende y vende dólares de las reservas día tras día. En las últimas tres jornadas antes del cierre de esta edición, el Banco Central acumuló ventas por 745 millones de dólares, casi el doble de lo necesario para reconstruir Bahía Blanca de los daños de la inundación. El gobierno está desesperado por la plata del FMI para seguir quemando reservas para contener el valor del dólar, que es en donde anclan todo su relato económico.

Otro camino es posible

El camino de las puebladas en los 90 contra las políticas de entrega de Menem, culminó con un Argentinazo que logró, entre otras cosas, suspender la deuda. Hoy trabajamos en este sentido, porque con la organización, la lucha y la unidad podemos liberarnos del ahogamiento de la deuda externa. Hay una salida a favor del pueblo y de la patria: suspender el pago de la deuda externa, investigar, y terminar con la especulación en bonos y la estafa de las criptomonedas.

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